miércoles, 11 de agosto de 2010

Margaret Hughes

Si había un lugar interesante para departir en la Europa de finales del XVII ese era, sin lugar a dudas, la cohorte de Charles II de Inglaterra. Los salones del monarca exhiliado vieron desfilar sucesivamente a una serie de fascinantes personajes, en ocasiones de dudosa catadura moral: Lord Rochester (hermanastro del rey y conocido como el Sade inglés), Dryden, Samuel Pepys o Nell Gwyn son algunos ejemplos. Pero no podemos obviar a un personaje idénticamente atractivo, por lo exótico de su existencia: hablamos de Margaret Hughes, reconocida como la primera actriz dramática inglesa.

            Hasta 1660 la ley "recomendaba" la interpretación masculina de papeles femeninos; y aunque las susodichas normas estaban lejos del estricto rigor isabelino, las mujeres en el teatro (con excepción de los sectores eclesiásticos, que veían en el travestismo de los actores un camino a la sodomía)  no estaban bien vistas. Se sospecha que parte del peso en la decisión real de cambiar dichas leyes prohibiendo la interpretación de féminas por parte de hombres se debió a Nell Gwyn, una joven descarada con aires a lo DuBarry que triunfó en los escenarios tras debutar en el lecho del rey. Otra de las hipótesis sobre el capricho real de cambiar la ley se atribuye a una anécdota acontecida durante una mascarada de Charles II, cuando ante la falta de un actor que interpretaba un papel femenino se detuvo la representación encontrando posteriormente a dicho actor aún afeitándose. Terminó así la carrera profesional de muchos actores largamente especializados en la interpretación de papeles femeninos y nombres como Alexander Cooke, Joseph Taylor o Edward Kynaston fueron largamente legados al olvido. En cualquie caso, la Hugues no dudó en aprovechar la coyuntura para subirse a las tablas.  

            El debut se produjo el 8 de Diciembre de 1660, con Margaret en el papel de Desdémona. Sin embargo, y aunque el mismo Charles II le dio su beneplácito, tanto el público como los círculos artísticos eran reacios a aceptar a una mujer de talento. La rumorología de la época llegó a poner en tela de juicio el sexo de la actriz. Como respuesta a las habladurías la Hugues posó para sendos retratos con el único fin de definir su género. En la versión más sutil (arriba) aparece sosteniendo una concha en su mano derecha (símbolo de Venus) y un fruto maduro (que simboliza la fecundidad femenina) en la izquierda. En el retrato más directo podemos, sin embargo, ver uno de sus pechos al aire; el retrato se aleja de cualquier artefacto simbólico en esta ocasión para dejar simplemente a la vista sus encantos femeninos.     
            Quizás la obra más interesante que su memoria nos ha legado sea el drama teatral The First Actress, estrenado en Londres en 1911. Como curiosidad apuntaremos a que la misma Ellen Terry (a la que quizás reconozcan por ser la Lady McBeth de Sargent) interpretó el papel de Nell Gwyn en dicho estreno.

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